Lagos artificiales, canales venecianos en el interior de una galería comercial, fuentes capaces de bombear agua tan alto como un edificio... Pocas ciudades hay que hagan un uso más espectacular del agua.
Cualquiera diría que se trata de un bien abundante. Sin embargo, alrededor de Las Vegas, se extiende en el desierto de Nevada, uno de los mayores del mundo.
¿Cómo es esto posible? Detrás de esta paradoja, se encuentra un éxito de la gestión de proyectos, que permite convertir el desierto más seco en un oasis fértil. Veamos de qué manera.
Colaboración con los vecinos
La ciudad de Las Vegas colabora con las regiones vecinas para obtener el suministro de agua. Hasta el año 1991 cada municipio buscaba explotar el agua del río Colorado y el lago Mead de manera independiente.
Sin embargo, en ese año, se fundó la Autoridad del Agua del Sur de Nevada. Este organismo tiene como finalidad velar por el uso adecuado del agua por parte de todas las poblaciones de la zona. De esta manera, se garantiza que se da al agua un uso adecuado que beneficia no solamente a algunas poblaciones sino al conjunto de todas ellas.
Colaboración interna: empresas y particulares
Las principales empresas de la ciudad se han incorporado a la iniciativa del ahorro de agua. Tal vez no por conciencia o responsabilidad social, sino por una cuestión económica: el coste del litro de agua es mayor cuanto más se ha consumido.
Independientemente de la causa, los principales hoteles de la ciudad han establecido una sana competencia por ver cuál realiza una gestión de agua más eficiente. Utilizando avanzados sistemas de depuración y potabilización de agua, los principales hoteles del strip solamente consumen el 3% del total del agua de la ciudad.
Por su parte, los ciudadanos de a pie también colaboran. Existen programas de incentivos para la sustitución de jardines de regadío convencionales por otros de flora autóctona desértica. El mantenimiento de estos jardines implica un menor gasto de agua y que este recurso valioso se pueda utilizar para consumo humano.
El resultado, es que aproximadamente el 90% del agua consumida por la ciudad es depurada y devuelta al lago Mead.
Cambio de mentalidad
Por supuesto, todos estos cambios no se han producido de la noche a la mañana: ha sido necesaria una adaptación gradual. Para ello, todos los organismos públicos y privados, desde las mayores empresas hasta los autónomos, pasando por industrias y familias, han tenido que arrimar el hombro en una causa común y amoldarse a las nuevas circunstancias de escasez. La adaptación a este nuevo escenario garantizará la supervivencia de su modelo de negocio… y vida.
Previsión: la capacidad de anticiparse a los problemas
Las Vegas no podría haber llegado nunca a tener una población de 2 millones de habitantes y un número estimado de 35 millones de visitantes al año si no hubiera tenido agua suficiente para abastecerse.
A principios del siglo XX, la construcción de la presa Hoover permitió el almacenamiento de grandes cantidades de agua, que no solamente aseguraron el suministro, sino que permitieron convertir el agua en una fuente de electricidad.
La construcción de la presa antes de que se multiplicaran las necesidades de agua, permitió afrontar esta nueva situación con garantías y que la ciudad prosperara.
Aplicación de nuevas soluciones tecnológicas
No obstante, la tecnología va quedándose obsoleta y los recursos disponibles pueden resultar insuficientes. Esta situación también se está planteando en Las Vegas. Actualmente, parece que en el medio plazo no bastará con la presa Hoover.
Como solución, la ciudad de Las Vegas ha solicitado derechos sobre el agua de otras cuencas de Nevada y del Snake Valley de Utah. Una nueva conexión vente tuberías entre estas regiones y la ciudad de Las Vegas permitirá garantizar su abastecimiento.
¿Qué puede aportar la gestión de proyectos?
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Conocimiento exacto de los recursos hídricos disponibles. En el ejemplo planteado, antes de realizar un trasvase o solicitar nuevos aportes de agua a los municipios vecinos, es necesario conocer exactamente los volúmenes de agua disponible, la curva de demanda, la capacidad de las redes de distribución…
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Proyección de futuro: anticipación al peor escenario posible. Es posible que las lluvias aumenten en los próximos años. Pese a que las previsiones relativas al cambio climático parecen indicar lo contrario, es posible que algún año las lluvias superen las previsiones.
Sin embargo, esta excepción no es algo con lo que se pueda contar. Un líder encargado de gestión de proyectos tiene que ser capaz de ponerse siempre en el peor lugar, de prever el peor escenario posible y de preparar una solución adecuada para él. Por eso se construyó la presa Hoover y por eso se planifican los trasvases de agua antes de que la necesidad sea acuciante.
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Soluciones tecnológicas ágiles y eficaces. Los sistemas de aprovechamiento de agua utilizados en los hoteles, en los hogares y en los negocios permiten reciclar la mayoría del agua que se consume y devolverla al lago Mead. Esto es posible gracias al uso de tecnología avanzada. Buscar y adoptar nuevas soluciones tecnológicas permite sacar el máximo partido posible a los recursos disponibles.
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Negociación. Sin líderes capaces de establecer escenarios de equilibrio en los que todas las partes ganen a pesar de ceder en ciertos aspectos, Las Vegas se habría secado hace mucho tiempo.
Por eso, para que esta metodología de gestión de proyectos funcione y se pueda llevar a cabo adecuadamente, es necesario que todos los involucrados compartan una mentalidad de emprendimiento y una predisposición a la mejora continua.
Esta manera de actuar, bien de forma voluntaria o bien de forma estimulada por el estado de Nevada, ha llevado a participar tanto a empresas como a particulares en la toma de medidas para el control del agua. El trabajo en equipo, bien coordinado, es lo que ha llevado al milagro social y económico que actualmente es Las Vegas.