Existen múltiples maneras de comenzar a desarrollar tu empresa y de alcanzar el éxito en el sector económico al que te dediques. Sin embargo, hay una serie de normas generales que te permitirán aplicar la metodología de trabajo Lean a tu nueva empresa.
No obstante, antes de centrarnos en los pasos a seguir, vamos a desmentir algunas falsas ideas que existen acerca del emprendimiento o las condiciones necesarias para emprender.
4 conceptos erróneos
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Lo importante es tener un producto perfecto. Las metodologías de trabajo clásicas se basaban en el desarrollo de productos. Invertían mucho tiempo en planificar adecuadamente el producto y así obtenían un resultado que consideraban perfecto y que pensaban que tenía que tener cabida en el mercado.
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Las metodologías actuales se basan en desarrollar un grupo de clientes, escucharlos, realizar productos que los satisfagan y así fidelizarlos. Se prioriza desarrollar un producto de calidad subóptima (y se admite desde el principio que será así) pero que se producirá en poco tiempo y a bajo coste, dando importancia a la retroalimentación obtenida por parte de los clientes y siempre teniendo en cuenta que el objetivo de la empresa es su satisfacción.
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Es necesario elaborar un plan de negocios a largo plazo. Clásicamente, se pensaba que los planes de negocios eran la clave para el éxito empresarial. Una empresa debería tener planificado y redactado su desarrollo para un periodo, por lo menos, de 3 años. Sin embargo, hoy en día se admite que el desarrollo empresarial es demasiado dinámico y que debe adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno socioeconómico. Por ello, el emprendedor no puede tener respuestas a problemas que desconoce en el momento de iniciar su negocio la supervivencia de la empresa se garantiza por la capacidad de adaptación a un entorno cambiante.
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Sin apoyo económico no se puede emprender. Está claro que cualquier negocio requiere de una inversión inicial, pero sin embargo una vez satisfechas las necesidades mínimas, no es necesario contar con grandes capitales. Un negocio que comienza tendrá una clientela pequeña, por lo que la maquinaria de producción tampoco deberá ser demasiado grande. La fidelización y satisfacción de estos clientes permitirá ir aumentando el alcance del producto y la cantidad de unidades producidas y de servicios prestados. Al mismo tiempo, como ya se ha señalado, la retroalimentación por parte de los clientes fieles permitirá optimizar el producto.
Algunos pasos a seguir para poder desarrollar tu empresa
Pon el acento en las personas. En muchos emprendedores que piensan que lo más importante son las ideas. Indudablemente lo son, pero una buena idea no sirve de nada sin un equipo dispuesto a llevarla a cabo. Incluso una idea menos buena puede tener éxito si las personas que la tienen que realizar poseen la formación adecuada y están lo suficientemente implicadas en el proyecto.
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Identifica necesidades, genera necesidades
Independientemente del sector económico al que te dediques, debes analizar tu iniciativa desde el punto de vista de tus potenciales clientes. Tu objetivo es satisfacer sus necesidades, incluso aquellas que todavía no saben que tienen.
Del mismo modo, se debe pensar alguna manera de medir el resultado de la idea. Es posible que algo que a nosotros nos ha parecido brillantes luego no tenga la aceptación esperada por parte del público. Previamente a la puesta en marcha del plan, debe haber pensado algún sistema para medir sus resultados y detectar errores que se puedan mejorar.
Más sencillo es mejor
En palabras de Warren Buffett, “no es necesario hacer cosas extraordinarias para obtener resultados extraordinarios”. Estamos acostumbrados a un mundo de sofisticación en el cual parece que escoger el camino sencillo es escoger equivocadamente. Nada más lejos de la realidad. La simplicidad, siempre que no implique simpleza, es una buena opción. En todo proceso, tarea, plan de trabajo... Deben evitarse las redundancias, los circuitos complejos, los materiales innecesarios, etcétera. Todos estos elementos únicamente sirven para enturbiar el trabajo cotidiano.
Planea tu modelo de negocio
No basta con tener una idea, hay que tener planificado cómo convertirla realidad.
Para ello, te puede suponer una gran ayuda contar con sistemas de software especializados en la gestión de proyectos, que te permitan planificar el trabajo, repartirlo en tareas, asignar cada una al grupo que está más capacitado para ella y posteriormente monitorizar los resultados. Además, debería permitir el intercambio de información y la comunicación entre los miembros de cada equipo.
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Establece unos mínimos, valídalos y con el tiempo se convertirán en máximos
El plan de modelo de negocio que hayas elaborado en el apartado anterior debe contar con un núcleo inicial de pequeño tamaño que posteriormente se pueda ir expandiendo.
Se trata de llevar a la práctica el sistema que hemos comentado anteriormente: ofrecer un producto con un mínimo de calidad y un bajo coste a unos pocos clientes seleccionados y recibir su feedback. Éste, junto con todas las métricas obtenidas durante el proceso, serán fundamentales para realizar las modificaciones pertinentes en las siguientes versiones del proyecto.
Con ellas se pretende alcanzar cada vez a un número de clientes mayor, más satisfechos con nuestro producto y, por tanto, más fieles.
Crea los clientes antes de comenzar tu negocio
Para ello, se puede utilizar la metodología Customer Development. Aunque expresar detenidamente esta técnica supera los objetivos de este artículo, vamos a explicar de manera sucinta en qué consiste.
Este sistema consta de dos etapas, llamadas búsqueda y ejecución, y se desarrolla en cuatro fases, llamadas de descubrimiento de clientes, validación de clientes, creación de clientes y creación de la empresa.
Llevar a cabo correctamente este paso es fundamental pues al finalizar no solamente contaremos con un modelo de negocio validado y dispuesto a funcionar, sino que también con los potenciales clientes, a los cuales satisfacer y de los cuales obtener la mejor retroalimentación posible.
Trabaja duro y confía en ti mismo: los resultados vendrán solos
Una vez cumplidos los pasos anteriores, llega quizás lo más monótono pero no por ello lo más sencillo: el trabajo diario, la constancia, la disciplina. Una vez pasado el entusiasmo inicial es necesario seguir trabajando con la misma fuerza y mantener la pasión con la que comenzaste.
No solamente debes ser tú quién trabaje con energía, debes ser capaz de contagiar el optimismo a todos sus trabajadores, pues esa es una de las características que te definen como líder.
El trabajo diario, sin esfuerzos espectaculares pero sí constantes, garantizará que, mucho antes de lo que esperas, alcances las metas propuestas o incluso llegues más allá.
En ITM platform estamos seguros de que tienes una idea brillante, un equipo capacitado y entusiasmado y la motivación necesaria para llevar a cabo tu proyecto.
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