Una vez me dieron un buen consejo: todo el tiempo que inviertas en la planificación lo ahorraras en la ejecución. Lo cierto es que la organización personal nos puede ayudar, en muchos aspectos de la vida, pero es clave, cuando eres tu propio jefe. Nadie va a organizarte el trabajo, si no lo haces tú, y el caos y la improvisación son los mayores enemigos de la profesionalidad que tienes que desechar para salir adelante. De manera que debes organizarte.

El primer paso, en la organización personal, es crear un espacio propio. Es cierto que hay quien puede trabajar en cualquier parte, pero tener un espacio adecuado (sea en casa, la oficina o un hotel), con todo lo que podemos necesitar a mano, nos ayudará a realizar nuestro trabajo con eficiencia. No se necesita mucho, pero tiene que ser suficiente y práctico: una mesa, una silla cómoda, el ordenador, el teléfono, la impresora y, en mi caso, un botellín de agua y unos frutos secos.
Y si el espacio es importante, el tiempo no lo es menos. Es imprescindible tener un calendario de prioridades, que destaque lo urgente e importante y establezca tu organización personal diaria. Debemos fijar las horas que vamos a dedicar, cada día, a cada proyecto y también las que vamos a necesitar para temas no urgentes, pero que no pueden descuidarse: cuidar las relaciones profesionales, actualizar nuestro currículo o mantenernos al día en nuestra profesión, sin olvidar que necesitamos un tiempo de descanso, si queremos hacer realmente bien nuestro trabajo y estar despiertos y creativos.

La organización personal de cada uno puede ser muy diferente, pero los elementos básicos son estos: contar con un tiempo y espacio adecuados para nuestra actividad. Normalmente, los proyectos tienen su fecha de entrega ineludible, pero debemos fijar el ritmo de trabajo diario. Es importante calcular, con una cierta amplitud, para poder hacer frente a imprevistos y empezar a trabajar, cuanto antes, para evitar los temibles aplazamientos. Cuando tengamos objetivos a largo plazo, sin fecha establecida, es recomendable que nosotros la decidamos. Debemos recordar que hay cosas que, tal vez, no son urgentes, pero que son importantes. Por lo tanto, está bien adjudicarles su tiempo. Y, por cierto, las cosas importantes incluyen también cuidar nuestra salud y disfrutar de la vida.

Para establecer nuestra organización personal, podemos recurrir a la agenda de toda la vida o las innumerables aplicaciones informáticas disponibles: calendarios, listas de tareas, alarmas, etc. Lo importante es tener una visión clara de lo que queremos hacer y establecer un orden lo suficientemente flexible para que podamos adaptarnos a los imprevistos, pero lo bastante estricto para que cumplamos con nuestros objetivos, a tiempo y correctamente.

Es tu tiempo, organízate para aprovecharlo.

Recibe los últimos blogs en tu buzón