Frase de Pablo Picasso
Solucionar problemas, escribir textos atractivos, diseñar campañas de marketing, elaborar una ilustración o una infografía, crear una obra artística de cualquier tipo, son actividades que necesitan una importante dosis de creatividad y este tipo de actividades requieren de una importante dosis de inspiración, de un estímulo o lucidez repentina que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema o la concepción de ideas que permiten iniciar un proyecto.
Si esperamos a que la inspiración llegue sin más, difícilmente llega. Se suele producir un cierto bloqueo, que algunos llaman el síndrome de la hoja en blanco. Nos cuesta empezar, no sabemos qué queremos hacer realmente y el encargo que nos han hecho se convierte en una pesadilla si no se nos ocurre nada.
Si por el contrario nos ponemos a trabajar, las musas de la inspiración son invocadas y más pronto que tarde llegarán a nosotros. La actividad suele producir que la creatividad se despierte y se vaya aclarando el modelo que queremos representar o la solución al problema que queremos resolver. En ocasiones se producirá de golpe, como una visión clara que aparece frente a nosotros, en otras ocasiones se ira despejando paulatinamente y tendremos que hacer varias aproximaciones hasta dar con la versión definitiva. En cualquier caso la inspiración nos encontró trabajando.
Utilizar herramientas para fomentar la creatividad es una de las formas en las que podremos abordar esta situación. Gracias a juegos, modelos de estructuración del pensamiento creativo, actividades de ruptura de los moldes prestablecidos, pondremos empezar a trabajar sin necesidad de tener clara la idea final, sin tener todavía la inspiración. Estas herramientas nos facilitan el pensamiento divergente, el ver las cosas desde otra perspectiva y abren nuestra mente a otras opciones y posibilidades. Durante la gestión de proyectos este tipo de herramientas es una poderosa aliada del jefe de proyecto.
Es difícil planificar proyectos con una fuerte dosis de creatividad. Cómo saber cuándo se va a tener la idea genial que hará de nuestro proyecto algo realmente único y diferente. Que no sea fácil planificar no significa que no se puedan aplicar metodologías de gestión de proyecto. Las metodologías ágiles son muy apropiadas para los proyectos que requieren una buena dosis de inspiración.
Podemos ir añadiendo las actividades en un Kanban y de forma sencilla todo el equipo conocerá la actividad que tiene asignada y los avances del proyecto. Eliminando la presión de una planificación detallada, pero manteniendo los compromisos como elemento clave, es posible establecer un procedimiento de trabajo que incorpore la creatividad de forma natural y mantenga una correcta gestión del proyecto.
No podemos excusarnos argumentando que el proyecto requiere una gran dosis de creatividad y que no nos ha llegado la inspiración. Sólo si trabajamos para que esta llegue, nuestro proyecto conseguirá sus objetivos y será un éxito.