Organización del área de sistemas de información
En el ámbito de la planificación de la estrategia de sistemas de información, se encuentra el punto en el que es preciso decidir el modelo organizativo que se seguirá para poner en práctica dichos planes.
Si se pretende una adecuada alineación con el negocio, es imprescindible que no sólo la dimensión, sino las capacidades que posean los integrantes del departamento de sistemas de información sean coherentes con las capacidades clave que requiera la estrategia de negocio.
Si el Ámbito de la Tecnología es reflejo de los productos / servicios que presta la empresa y si las Competencias de la Tecnología son reflejo de las competencias clave que hay que desarrollar, entonces la estructura y capacidades de las personas deben responder a estas inquietudes.
Al igual que sucede en otras áreas, existen diferentes opciones que incluyen una decisión común en el ámbito de los sistemas de información que se debe tomar en el proceso de planificación: el grado de externalización.
Puesto que se trata de una cuestión de opciones, deben aplicarse los criterios que marque la estrategia de negocio –de nuevo- y, como de costumbre, no existen recetas generales pues la decisión de externalización depende en gran medida de dicha estrategia y del mercado de servicios que satisfaría las eventuales necesidades de la empresa.
Las expectativas, la formación y la gestión del cambio en la estrategia de sistemas de información
La tecnología es un arma para la estrategia de negocio
Un proyecto típico de implantación de un ERP en EEUU ronda los 20,5 millones de dólares[1] y, aunque la cifra no sea aplicable a la empresa típica española ni europea, si que pueden serlo perfectamente la proporción de sus componentes. Una conclusión del análisis de estos es que el 36% del coste de un proyecto de gran alcance en la empresa está dedicado a la formación, gestión de expectativas y acompañamiento en el cambio. La alternativa contraria, es decir, no dedicar recursos económicos ni esfuerzos de dirección, es sufrir un vano y permanente intento de superación, a la larga caro y frustrante tanto para quienes desean ver cumplidas sus expectativas como para quienes tratan de satisfacerlas.
La tecnología es un arma para la estrategia de sistemas de información. No es la panacea, no provee de competitividad ni mejora los procesos por sí sola; es un facilitador que debe ser correctamente administrado por y para las personas que componen la organización.
[1] Forrester Research (1998)